Comer bien para crecer bien
“Somos lo que comemos” y la alimentación es fundamental e importantísima en nuestra vida. Una dieta saludable y equilibrada nos ayuda a tener el peso adecuado, así como la energía y los nutrientes necesarios para aguantar el ritmo y las exigencias del día a día. Comer bien desde la infancia es crucial porque esa rutina establece unos hábitos alimenticios que, en el futuro, servirán para proporcionar estabilidad y prevenir posibles riesgos de salud.
De manera normal hacemos un mínimo de tres comidas al día, los 365 días del año, durante toda nuestra vida. Si dedicamos tiempo a organizar la agenda de actividades semanales, es también una gran idea darle un espacio a la dieta y a la compra semanal. Planificar nos evita improvisar y ese “pequeño esfuerzo” de pensar en qué comprar y los menús es una maravillosa inversión en la salud de toda la familia. Además el tiempo para cocinar en familia, incluyendo a los peques siempre que sea posible, añade un plus de calidad en la alimentación que es especialmente importante cuando hay niños.
A medida que los niños van creciendo es muy importante transmitirles la relevancia que tiene una alimentación saludable en sus vidas. Les aporta la energía que necesitan para llevar a cabo las actividades que desarrollan durante el día. Vitaminas para el buen funcionamiento de su cuerpo y de su cerebro. Y “nutre e hidrata” su piel y sus sentidos, de modo que todo pueda funcionar como una perfecta máquina de ingeniería.
Y todo es posible gracias a una dieta sana y equilibrada, que verán muchas veces representada en la escuela, en casa e incluso en los envases de algunos productos. “La pirámide alimenticia”. En ésta se describe qué alimentos deben formar parte de nuestra alimentación: Hidratos de carbono 4 o 5 veces al día; frutas y verduras entre 3 o 4 veces al día; proteínas entre 1 y 3 veces al día y, referente a las carnes rojas, embutidos, dulces y otros, un consumo ocasional y moderado.
Para que puedan familiarizarse con ellos, una buena idea es ir con los niños al mercado y/o al supermercado a hacer la compra. Así entenderán de dónde surge la comida que tienen cada día en el plato, dónde se compra cada producto, qué significa alimentos de temporada, y otras muchas cosas más.
Y una vez terminada la compra, se les puede invitar a entrar en la cocina y “ponerse el delantal”. Con los más pequeños se puede comenzar preparando recetas muy muy sencillas y, a medida que vayan haciéndose mayores, preparar platos más elaborados. Es muy importante transmitirles desde bien pequeños que comer no es únicamente una necesidad vital, sino un placer y una de las maneras principales que tenemos de cuidar nuestra salud y prevenir enfermedades.
Y, además, para que su dieta sea variada y saludable de mayores es fundamental ir acostumbrando su paladar, ya que si desde pequeños incluimos diferentes alimentos se acostumbrarán a gustos distintos y en el futuro podrán disfrutar de todo tipo de platos.
Recordar, por último, que el momento de la comida es un excelente espacio no solo para la adquisición de hábitos saludables respecto a la alimentación, si no también un entorno tranquilo para poder compartir y dialogar en familia.