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¿Elegimos a sus amigos?

Cuando nuestros hijos nacen se incorporan a nuestra familia, nuestro estilo de vida -el cual también varía ante un acontecimiento tan importante como su llegada- y a nuestro círculo de amistades con sus respectivos niños y niñas. Así, desde muy temprano, comienza el proceso de socialización. Aprender a vivir entre iguales, buscando afinidades, superando conflictos y, en definitiva, creciendo también gracias a los demás, como seres sociales que somos.


El inicio del colegio es el pistoletazo definitivo para la socialización y el encuentro con todo un grupo de iguales que, de momento, son su “competencia”. Compañeros pero también potenciales amigos.

Aunque algunos niños no fueron a la guardería y su contacto se limitó a los adultos responsables de su cuidado y a los niños en el parque o en actividades complementarias, esto no es impedimento para que puedan disfrutar de una buena y adecuada socialización en la escuela. La gran mayoría los niños y niñas, son capaces de entrar en el juego social, de entender las normas y de ir probando sus habilidades con quienes, como ellos, comienzan en el mundo de las relaciones sociales.

Empiezan jugando unos al lado de otros y, al final, terminan haciéndolo entre ellos, determinando los límites de la competencia, su espacio personal, la posesión temporal de los juguetes y la atención de la profesora.

Inicialmente buscarán afines que compartan sus mismos gustos, prefieran los mismos juegos y tengan un temperamento parecido al suyo. Jugando de alguna manera en un espejo y reconociéndose en los demás.

Los adultos también influimos en este momento de su vida puesto que al elegir su colegio elegimos también en cierta manera sus amistades. Si estarán cerca de nuestro domicilio o no, de un entorno social similar al nuestro o distinto… Lo importante, por encima de todo, es que lo niños crezcan felices. Que disfruten y establezcan relaciones sanas entre iguales que repercutan en su correcto bienestar emocional. Que se sientan acompañados y queridos por su entorno cercano y que despertemos en ellos, tanto en la escuela como en casa, el interés y la curiosidad por el mundo que les rodea.

De 0 a 3 años
De 3 a 6 años
De 6 a 12 años
De 12 a 16 años
De 16 a 18 años

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