Día mundial del consumidor. Enséñale a valorar las cosas
El pasado 15 marzo se celebró el Día Mundial del Consumidor. En Cuida de Mí creemos que desde pequeños los niños pueden aprender, y es recomendable, a conocer el valor de las cosas, incluyendo el del dinero, así como a discernir qué es aquello que realmente necesitan y qué son caprichos.
Es responsabilidad nuestra, de los adultos, educarles en esa parte económica tan presente en el mundo, y que tanto puede condicionar su bienestar, para que no se conviertan en “presa fácil” del consumismo y construyan su vida alrededor de valores que no son esenciales.
A esta edad, desde Cuida de mí, pensamos que es fundamental que los niños comiencen a entender que tener una familia, y lo necesario para vivir, no es algo que haya que dar por hecho. Y que nacer en un sitio u otro del mundo, o en una familia u otra, puede condicionar que lleguen a faltar muchas cosas verdaderamente importantes.
También empezar a comprender, poco a poco, el valor del dinero, el precio, lo que cuestan las cosas. Cuándo algo es caro o barato y cuándo está justificado gastar o no porque algo es necesario o superfluo.
Que no todo se consigue con dinero. Que éste se gana gracias al esfuerzo del trabajo. Y que, por supuesto, no es ilimitado.
Volvemos, como en anteriores edades, a focalizar sobre la importancia de la educación en la tres R: reducir el consumo al máximo, reutilizar las cosas y reciclar. Y a tener en cuenta la reflexión sobre el uso del regalo como compensación, gratificación, o como acto de amor, porque comprar no es querer, y en que si les regalamos cosas a los pequeños pensemos en el día de después. Eso sí, siempre sin perder de vista que ni somos perfectos ni seremos malos padres si sucumbimos a un capricho o cedemos en algunas cosas como, por ejemplo, si se pone de moda un determinado juguete que todos tienen, ya hay momentos en los que los niños sufren si siempre son los que no pueden hacer o tener algo que todos tienen.
Otro punto importante es inculcarles el valor de la solidaridad. Que puedan compartir con otros que no tienen, y que lo necesitan; y el de la responsabilidad, en este caso, asumiendo el cuidado de sus pertenencias.
Gestionar su propio dinero conforme vayan creciendo mediante una pequeña paga puede ser una buena estrategia. Aprenderán, si quieren tener o conseguir una determinada cosa, a practicar el ahorro y a planificar, algo que, además, les hará elegir, enseñándoles de forma práctica el valor de lo económico así como que no se puede tener todo.
No queremos olvidarnos de recalcar lo que comentábamos en la publicación de 3 a 6 años, porque también es válido para esta edad, de tener cuidado con las costumbres consumistas que se cuelan en nuestro día a día y que luego nos cuesta cortar como por ejemplo comprar cosas que después no utilizaremos porque son baratas, o comida que terminará caducando, o hacer un regalos a los niños para que se porten bien -cuando es su obligación-. Somos un espejo para los más pequeños donde ellos se ven reflejados y debemos, por tanto, ser consecuentes con les decimos y con lo que luego hacemos. Y también acerca de intentar evitar el bombardeo constante de mensajes publicitarios a través de la tele o el móvil, limitando su uso lo máximo posible.