Top

¿Por qué a mi hijo se le dan mal las matemáticas?

Las matemáticas, desde siempre, han sido uno de los grandes “ogros” de la enseñanza. Sin embargo desde hace un tiempo están cobrando auge novedosos métodos que, afortunadamente, y poco a poco, van consiguiendo que el mito vaya diluyéndose.

Aun así sigue habiendo niños, niñas y también adultos con absoluta fobia a los números ¿A qué se debe? ¿Por qué se da ese bloqueo ante las matemáticas en algunas personas? Y, lo más importante… ¿Cómo puede superarse?


Diferentes estudios en neuropsicología han demostrado que los bebés, desde sus primeros meses de vida, poseen un innato sentido de los números, pudiendo incluso llegar a afirmarse que las matemáticas son consustanciales al ser humano.

Su ubicación en el cerebro se reparte en ambos hemisferios, los cuales se activan cuando hacemos cálculos, estimaciones o pensamos en resolver problemas; siendo el denominado surco intraparietal especialmente relevante en todo lo relacionado con los números.

Aunque no lo parezca las matemáticas, además de su espacio propio, están ligadas a otras áreas como son la verbal, ya que a menudo aprendemos los números utilizando las palabras- p.ej. las tablas de multiplicar-. El área vinculada a la música, ya que también tiene mucho en común con la disciplina matemática. Y el visual, puesto que relacionamos los signos que vemos con las cifras.

Nuestro “hardware” está preparado desde que nacemos para la lógica de las matemáticas. Lo primero que entienden los bebés es la comparación de cantidades, si hay más o menos entre dos grupos -por ejemplo- aunque no conozcan el número. El sentido numérico se adquiere más adelante, conforme vamos creciendo, utilizando los dedos para contar, lo que nos permite tener una visión multisensorial de las matemáticas.

El siguiente paso esencial será la comprensión de las bases matemáticas y su consolidación, aprendiendo a contar mentalmente y comprendiendo el concepto de cantidades para, posteriormente, comenzar a resolver problemas, y a utilizar esas cantidades como parte de un esquema mayor, primero con las sumas y posteriormente con las restas. Parece un camino complejo pero, en mayor o en menor medida, todos somos capaces de recorrerlo intuitivamente.

Si a ello le añadimos la estimulación del juego matemático adaptándolo a cada edad (puzles, construcciones numéricas, juegos de series,…) el interés y/o la capacitación para las mismas puede dispararse y poner en marcha el cerebro para aprenderlas con auténtica curiosidad y sin “traumas.”

De 0 a 3 años
De 3 a 6 años
De 6 a 12 años
De 12 a 16 años

Valora esta publicación

Promedio 5 / 5. 5