Somos únicos
Un rasgo único y distintivo de la especie humana es que siendo “tan iguales” podamos ser a la vez tan diferentes. Configuramos un grupo social de una extraordinaria variedad en el que todos aportamos el valor de ser una persona irrepetible e irremplazable. Y en ello reside parte de nuestra riqueza. Por eso, desde Cuida de Mí, pensamos que es fundamental apoyar a los niños a ser la persona única y especial que son, y la que serán, siendo sus acompañantes privilegiados e incondicionales, y ayudándoles y guiándoles en el camino siempre que lo necesiten.
Conforme los niños y las niñas van creciendo anhelan ser como aquellos a los que aman y admiran. Tener modelos o referentes no significa que no puedan ser ellos mismos. Esos modelos son formas de sentirse seguros, y de “entender” las reglas por las que la sociedad funciona. En este sentido, es importante huir de estereotipos o de formas muy rígidas que aspiran a la perfección. Mostrarnos tal y como somos en distintos ámbitos y momentos con nuestra vulnerabilidad y nuestra fortaleza, con nuestra humanidad, es lo mejor que podemos hacer. Que vean que es normal poder enfadarse, estar tristes, ser espontáneos y alegres… Los niños no son nuestros clones y tienen todo el derecho del mundo a tener su propia forma de ser, de pensar y de ver las cosas. Nosotros debemos de estar ahí para acompañarles, ofrecerles un referente sobre lo que está bien o mal en general y todo el espacio necesario para que puedan encontrar su lugar.
Entre los niños, y esto es también aplicable a los adultos, encontramos distintos tipos de caracteres: están los que destacan, lideran y marcan las tendencias. Los que siguen a otros, lo cual no significa que no tengan la capacidad suficiente para discernir lo que quieren y lo que no, pero que prefieren elegir un líder al que “apoyar”. Los que son más influenciables. Los tímidos. O los que son alternativos, rebeldes y minoritarios y no les gusta seguir a la mayoría sino elegir justamente lo contrario. Por supuesto, la mayoría de los niños no estará de forma permanente en ningún grupo en concreto sino que irán pasando de uno a otro según evolucionen y encuentren amigos y amigas con los que “combinar” su personalidad.
En cualquier caso, sigue siendo válido y muy necesario a esta edad valorarles y quererles por lo que son, y no estar pendientes de lo que no son o de lo que nos gustaría que fuesen. Está fenomenal ayudarles a superar las dificultades o carencias que puedan tener -porque todos las tenemos- pero lo que les hace únicos y especiales son sus peculiaridades, sus habilidades, y es importante concentrarse en ellas y acompañarles para que sean éstas las que brillen, estando a su lado de forma incondicional, queriéndoles y apoyándoles.