¿Y después del verano qué? ¿Cómo afrontar la rutina?
Tanto niños como adultos esperamos siempre con ilusión las vacaciones de verano. Son el premio final después de todo un año de esfuerzo en la escuela, en el trabajo, en casa… En vacaciones desconectamos, podemos relajarnos, olvidar los horarios, las obligaciones…
A todos, en mayor o en menor medida, nos cuesta al final de las mismas volver a nuestra vida diaria. Sin embargo no todo tiene porqué ser malo. El regreso a la rutina nos aporta orden, control, tranquilidad y seguridad, y esto nos permite poder tener nuestro tiempo ordenado y optimizado.
Para los jóvenes que ya están en Bachillerato, o en ciclos formativos, la vuelta al instituto o al colegio suele ser un momento esperado y temido a partes iguales. Ya no son niños, y por tanto saben, y nosotros les vamos a pedir, que no se comporten como tal, y eso significa que deben afrontar las responsabilidades del curso académico como adultos que son.
Se encuentran en un momento vital en el que deben enfrentarse a su futuro profesional con dudas, pruebas, visitas a universidades, centros laborales… esta rutina se parece demasiado a la que tenemos los adultos tras la vuelta de vacaciones y, por supuesto como a nosotros, también les va a costar.
En el aspecto personal, para ellos, es el regreso a un ambiente conocido y a un marco de relaciones sociales que cambia sin parar. Aparecen nuevos intereses, descubren nuevas personas, lugares, momentos de encuentro,…
El tiempo para salir, sin embargo, se restringe respecto a las vacaciones y algunos pueden llevarlo no demasiado bien. Nuestro papel es situarlos en su realidad -la presente y la que se avecina- así como estar atentos a las nuevas amistades que aparecen y la influencia en su también, por regla general, cambiante personalidad. Somos miméticos y las compañías sacan los distintos aspectos de nuestro carácter; así que podemos hacerles ver cómo nos gusta su forma de ser cuando están con unas u otras personas y escuchar qué tienen que decir al respecto, acompañándoles, apoyándoles y estando a su lado en una etapa tan vital como es el paso a la mayoría de edad guiándoles como adultos responsables para que puedan llegar a convertirse en su mejor versión de sí mismos.