¡Aburrirse es genial!
Todos dicen “Me aburro”: desde los más chiquitines, que necesitan ocupar cada minuto de su tiempo contigo o con algo que les divierta, hasta los mayores, que tienen el entretenimiento en el primer lugar de su escala de prioridades. Como si aburrirse fuera algo malo o impensable, más cuando parece demostrado que los momentos de aburrimiento son necesarios y, muchas veces, de los más productivos en la vida de los niños y también de los adultos.